Los nuberos, nuberus o nubeiros son
personajes de la mitología asturiana, mitología cántabra y gallega.
Se los llama de las tres maneras respectivamente
según qué mitología.
Controlan el tiempo a su voluntad y se divierten
provocando tormentas y tempestades, lanzando centellas a los animales y
arruinando las cosechas de los hombres con el granizo.
Estos hacedores y rectores de inclemencias no
dudarán en utilizar los rayos como armas si son atacados o
molestados.
Entre las gentes de Cantabria y Asturias se
les tiene temor por los destrozos que producen en los pueblos y a ellos se les
atribuyen las temidas noches de aguaceros y tempestades.
Es por ello que
durante las horas de oscuridad los lugareños encienden cirios y hacen
tañir las campanas para ahuyentarlos.
Al contrario que a los ventolines, los
pescadores temen a los nuberos pues les culpan de las terribles galernas del Cantábrico, que les hacen regresar apresuradamente a puerto, donde les esperan
las preocupadas gentes.
Los nuberos, nuberus o nubeiros son
personajes de la mitología asturiana, mitología cántabra y gallega.
Se los llama de las tres maneras respectivamente según qué mitología.
Controlan el tiempo a su voluntad y se divierten
provocando tormentas y tempestades, lanzando centellas a los animales
y arruinando las cosechas de los hombres con el granizo.
Estos hacedores y rectores de inclemencias no
dudarán en utilizar los rayos como armas si son atacados o
molestados.
Entre las gentes de Cantabria y Asturias se
les tiene temor por los destrozos que producen en los pueblos y a ellos se les
atribuyen las temidas noches de aguaceros y tempestades.
Es por ello que
durante las horas de oscuridad los lugareños encienden cirios y hacen
tañir las campanas para ahuyentarlos.
Al contrario que a los ventolines, los
pescadores temen a los nuberos pues les culpan de las terribles galernas del Cantábrico,
que les hacen regresar apresuradamente a puerto, donde les esperan las
preocupadas gentes