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jueves, 11 de noviembre de 2010

SEMINARIO DE MAGIA...


“SEMINARIO DE MAGIA”
 Basado en unas charlas-coloquio del Profesor
FRANCISCO DE ASIS ROVATTI.
Celebrado en Castelldefels, en los años 80’
Transcribe las notas y les da formato de Texto: Josep Lluís Albareda
PARTE VIII
Es decir: se ha llegado a un punto, en que por los motivos que sean en que el hombre -ahora- recibe toda esta vibración negativa, esta energía negativa, que está ahí y que nos la van cultivando.
Y si nosotros no estamos alertados y no sabemos defendernos, acabaremos pasándolo mal.
Pero a pesar de todo ello, nos encontramos en que los descubrimientos que se van produciendo, no nos dan tiempo a adaptarnos: ésto, también nos lleva a un estado de agresividad.
Y también nos lleva a un estado curioso: que no damos importancia, ya, a las cosas.
El que el hombre vaya a la Luna, para nosotros, hoy en día, no tiene ninguna importancia.
El que haya unos astronautas que se hayan pasado seis meses, por ejemplo, viajando por el espacio: ¡bueno, pues es una experiencia más!
Y entonces, ¿qué ocurre con el hombre?: que se vuelve agresivo por un lado y pierde capacidad de asombro por otro; lo cual son circunstancias muy malas, porque se está acabando con el don de la esperanza.
El hombre, ya no empieza a creer en algo mejor, sino que se encuentra en un estado de ir pasando de la forma que sea y procura que las bofetadas que le van pegando, sean también más pasables.
Esto, es lo que ocurre en general en el hombre denominado "normal".
Afortunadamente, aún hay personas que saben reaccionar.
En esto, existen centros de culto, de gente que sabe rezar, de gente que sabe proyectar su energía.
Y esto hace, precisamente, que el mundo siga tirando hacia adelante.
Cuando a un físico actual le preguntamos qué es la energía, vemos que el físico se encuentra en un gran aprieto, porque no encuentra una definición exacta de lo qué puede ser la energía.
Y si recordamos aquella definición de nuestro bachillerato elemental -que aún es válida, en la física-, que dice que energía es capacidad de trabajo y que la materia es la sustancia que contiene las cosas, veremos que la sustancia es una manifestación energética, que la energía es algo un poco así metafísico, algo que no está definido.
Y que cuanto más avanza la física en la investigación de lo qué es la materia, más se está dando cuenta la física de que los conceptos que hoy pueden ser válidos, mañana pueden ser totalmente distintos.
No hay una definición exacta -aún hoy en día-, de lo qué es la energía.
Y sin embargo, el ser humano tiene que clasificar muchas formas de energía: hablamos de energía nuclear, hablamos de energía atómica; decimos que esta energía atómica está formada por partículas que poseen masa; hablamos de la energía electromagnética, en la cual las partículas no poseen masa, pero poseen polaridad; hablamos de varios tipos de energía.
Y hoy en día, sin ir más lejos y extrapolando, nos permitimos ya hablar de una energía psíquica, de una energía psiónica -que es un nombre muy bonito y que en los países del este le dan otro nombre más eufórico: energía psicotrónica; y los americanos, que tampoco quieren quedar atrás en dar nombres a las cosas, lo llaman energía libre-.
Cuando hablamos de energía psíquica, de energía psicotrónica, o de energía de este tipo, estamos hablando de algo que ya se conoce desde hace muchos siglos y con muchos nombres.
Por ejemplo: en la India, se habla del prana, la energía sutil, que es impalpable y que lo mueve todo.
En la antigua China, se conocía también con el nombre de chi. Mesmer -yendo muy rápidamente aquí, a la vuelta de la esquina-, nos hablaba del magnetismo animal.
El barón Reinchenbach, nos hablaba de la fuerza ódica. 
Y William Reich del bioplasma.
Otros nos hablarán de la energía críptica; otros, de la energía psíquica; otros, de una energía biónica, energía bio-eléctrica, de energía cósmica.
Es decir: todo el mundo ha ido metiendo su nombrecito y todo el mundo ha intentado definir con una
denominación una energía que está ahí, una energía que produce una serie de fenómenos paranormales.
Y que indiscutiblemente, los fenómenos paranormales han estado íntimamente ligados con el fenómeno mágico.
Pero, ¿hasta qué punto podemos explicar determinados fenómenos mágicos, a través de una explicación realmente científica, de una explicación racionalista, de lo qué entendemos por esta energía psíquica, psiónica o como la queramos denominar?: es muy difícil.
Es muy difícil porque sabemos que hay muchos fenómenos; muchos que los podemos estudiar realmente en el laboratorio y que los vamos a repetir; pero otros no: otros fenómenos paranormales -mágicos, si ustedes quieren-, tenemos que estudiarlos en el
lugar en donde se está produciendo el fenómeno, en el sitio aquel en que se produce, ya que no lo podemos trasladar.
Para complicar aún más las cosas, nos encontramos en que sujetos que tienen determinadas facultades paranormales -mágicas, si así se quiere entender-, tienen estas facultades en el lugar en donde ellos están actuando (cuando ellos están condicionados en un ambiente determinado); pero cuando nosotros sacamos a estos sujetos de su ambiente, los sacamos del contexto social en el que viven, entonces el fenómeno deja de funcionar.
Y después, para acabar de complicarlo, nos encontramos con una cantidad de personas -brujos, magos, nigromantes, médiums, etc.-.
Hoy, llamamos al su-jeto sensible, al sujeto dotado, con el nombre de paragnosta, que cuando no están en situación de reproducir el fenómeno, entonces recurren al fraude -de una forma consciente o de una forma inconsciente-.
CONTINUARA...
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