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martes, 6 de noviembre de 2012

GATOS...


Uno de los animales más misteriosos y enigmáticos son nuestros amigos los gatos.
Desde el Antigüo Egipto, ya se les veneraba como dioses, considerándoles protectores de la familia.
El nombre egipcio de “gato” era  “Miw”.
De hecho. Los egipcios colocaban estatuas de gatos fuera de sus casas para impedir la entrada de espíritus malignos pues creían en su poder mágico y protector, ya que consideraban que el gato “todo lo ve”.
Varios eran los dioses con forma de gato en el Antiguo Egipto.
La diosa Bast representada con cabeza de gato era la encargada de la fertilidad.
Mientras que la diosa Sekhmet que también tenía forma de gato,  representaba las fuerzas destructivas de lo divino, la negatividad , representada en  la guerra, la peste y la venganza.
Dato curioso relacionado con el profundo amor y respeto por la  imagen del gato, es que en Egipto se penaba con la pena capital a quien osase acabar con la vida de un felino.
Tratados como auténticas deidades, recibían los máximos honores posibles y así recibían el gran privilegio de ser  momificados cuando fallecían.
También se  guardaba un largo luto como si de un familiar se tratara.
Durante la época Medieval,  el gato se considero un animal maléfico.
Fiel compañero de las brujas simbolizaba todo lo oscuro, lo mágico e irracional. Incluso se tenía la creencia que las brujas tenían el poder para convertirse  en gatos (aelurantropia) para cometer sus fechorías, o incluso se creía que muchos gatos habían sido humanos y ahora eran  víctimas de los conjuros de brujas.
La idea de relacionar al gato con lo maléfico  llegará hasta nuestros días con la superstición del “gato negro” que según la tradición popular otorga  mala suerte a quien se cruce con el.
Durante el siglo XVII se creía que enterrar un cadáver de felino durante la edificación de los edificios, lograría una protección contra los malos espíritus y la mala suerte.
Prueba de ello, son los restos de estos animales que se han encontrado en numerosos edificios de la capital londinense, como en el subsuelo de  la emblemática Torre de Londres por ejemplo.
El gato posee evidentes cualidades.
Es un animal resistente, rápido, hábil, más salvaje que doméstico, de feroces uñas, que está envuelto en un halo de permanente esoterismo.
Según la  superstición popular, el gato tiene siete vidas.
Al agotar la última, en la séptima, se cree que  se  convierte en humano.
Esotéricamente hablando, se cree que los gatos se nutren  de energías negativas. 
Por ello se sientan y descansan  en determinados lugares del hogar  donde captan estas  impregnaciones, transformándolas y  eliminándolas finalmente de la casa.
También se cree que el ser humano puede descargarse de éstas malas vibraciones acariciando  simplemente el lomo del felino;  al igual que puede ser muy útil también para descargar la negatividad de las cartas de Tarot.
Los gatos son considerados grandes “psíquicos” por naturaleza. Son capaces de desarrollar un fuerte lazo mental  con sus propietarios y así pueden predecir  cuando sus amos están a punto de  llegar a la vivienda o por el contrario adelantarse a acontecimientos funestos relacionados con sus amos.
El gato es un ser especialmente dotado en el plano esotérico y ocultista.
Es muy útil para  percibir presencias, entes y espíritus.
Tiene un especial talento para captar diferencias en los campos magnéticos  así como  son mágnificos para indicar alteraciones eléctricas.
Debido a su alta sensibilidad, a su fino olfato y agudo oído, son  capaces de percibir  imperceptibles ruidos o  sensaciones casi inaudibles o inapreciables para los sentidos del ser humano. Nuestros ojos y oídos humanos se volverían locos si pudieramos llegar a procesar todo lo que este animal es capaz de captar. 
Su agudizado sexto sentido hace de este animal un ser casi único en este sentido.
Según numerosos estudios científicos está comprobado el poder curativo y sanador de los gatos.
Acariciar a un gato elimina el stress, elimina la negatividad y mejora el nivel cardiaco, aportando calma y quietud, contribuyendo a la salud física y psíquica del ser humano.
Según un estudio de 2009 de la Universidad de Búfalo  se comprobó que con la compañía humana  los gatos producían cantidades reducidas de la hormona del estrés cortisol.
Lo cual beneficiaba tanto a felinos como a humanos.
Los pacientes tratados en el estudio que adoptaron gatos mejoraban sustancialmente sus valores cardiacos y mejoraban sus niveles de presión arterial, con unos niveles que superaban el uso de medicamentos.
Dados los buenos resultados en laboratorio, el uso de la Zooterapia, o el tratamiento de enfermedades con la ayuda de animales,  se desarrolla con rapidez. 
Cada día son más patentes los beneficios  que estas mascotas proporcionan para el tratamiento de un amplio abanico de enfermedades.
El uso de los gatos, por ejemplo, mejora ciertas dolencias  en especial enfermedades como la demencia senil y el Alzheimer.
Los últimos estudios científicos efectuados por el Centro de Investigación de Interacción Humano-Animal de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Missouri han demostrado que tener un gato ayuda a las personas con problemas de hipertensión y riesgo de sufrir un infarto a reducir el estrés, mejorar la presión sanguínea y generar estabilidad mental.
Al acariciar el pelaje suave de estas mascotas y generarse el ronroneo del animal, los seres humanos consiguen ir reduciendo sus niveles de y calmando la ansiedad, del mismo modo que algunos psicólogos y terapeutas recomiendan el uso de bolas, peluches y accesorios antiestrés.

Según la doctora Elizabeth Von Muggenthaler, especialista en bio-acústica, el ronroneo del gato es muy útil para acelerar la curación.
Se comprobó, por ejemplo, que el ronroneo vibraba en un frecuencia óptima para acelerar en concreto la curación de los huesos.
Así pues se demostró que “El tipo de frecuencias que es encontrado en el ronroneo del gato es bueno para la curación del músculo, el tendón, y las heridas de los ligamentos, también como para el fortalecimiento y la tonicidad muscular.  Son buenas para cualquier tipo de herida de las coyunturas, curación de heridas, reducción de la infección y la hinchazón, alivio del dolor, y alivio de la enfermedad crónica pulmonar”.
El Dr. June McNicholas concluyó que las mascotas, y en especial los gatos, ofrecen compañía y apoyo emocional, a la vez que realzar nuestras interacciones sociales con otras personas.

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