IMBOLC
(Noche del 31 de Enero al 1 de Febrero)
Imbolc, que algunos consideran un Sabbat menor, era la fiesta de la luz que se empezaba a manifestar al ampliarse las horas de claridad, aun en invierno. Las jornadas se hacían mas largas y la primavera se aproximaba.
En la actualidad corresponde con la fiesta cristiana de la Candelaria, que coincide con la Purificación de Maria, efectuada (en obediencia a la tradición hebraica) cuarenta días después del parto. La fiesta de la Candelaria culmina con la bendición de los cirios: tradición nacida en Oriente en el siglo VII y que tuvo una gran resonancia en Roma, también porque se había superpuesto a otra fiesta purificatorio: Las Lupercales, dedicadas a Juno, llamada Iunio Februata, es decir, purificada.
Era costumbre encender grandes hogueras para ayudar a la tierra a calentarse y para reforzar el poder del sol, invitándolo a calentar más. Con esta fiesta se celebraba el nuevo despertar de la Madre Tierra, que se preparaba para encontrarse con su hijo y esposo divino, el Sol, y generar las cosechas que servían para dar sustento a los seres humanos.
También en Imbolec era posible obtener auspicios para el futuro.
(Noche del 31 de Enero al 1 de Febrero)
Imbolc, que algunos consideran un Sabbat menor, era la fiesta de la luz que se empezaba a manifestar al ampliarse las horas de claridad, aun en invierno. Las jornadas se hacían mas largas y la primavera se aproximaba.
En la actualidad corresponde con la fiesta cristiana de la Candelaria, que coincide con la Purificación de Maria, efectuada (en obediencia a la tradición hebraica) cuarenta días después del parto. La fiesta de la Candelaria culmina con la bendición de los cirios: tradición nacida en Oriente en el siglo VII y que tuvo una gran resonancia en Roma, también porque se había superpuesto a otra fiesta purificatorio: Las Lupercales, dedicadas a Juno, llamada Iunio Februata, es decir, purificada.
Era costumbre encender grandes hogueras para ayudar a la tierra a calentarse y para reforzar el poder del sol, invitándolo a calentar más. Con esta fiesta se celebraba el nuevo despertar de la Madre Tierra, que se preparaba para encontrarse con su hijo y esposo divino, el Sol, y generar las cosechas que servían para dar sustento a los seres humanos.
También en Imbolec era posible obtener auspicios para el futuro.
En muchas zonas del mundo céltico se divulgo el habito de observar con atención la forma, el color y el movimiento de las llamas de la gran hoguera, con el fin de hacer pronósticos de diversos tipos, pero principalmente vinculados a las cosechas y a la productividad de los animales domésticos.
También las chispas que saltaban del tronco que se quemaba todo la noche en la chimenea, y el propio humo eran observados con la misma intención. Se ponían en el fuego, apenas pasada la medianoche del 31 de enero, algunos granos de trigo o de cebada; si saltaban hasta la estancia era una buena señal; en cambio si saltaban de través, sobre el fuego, o si se quemaban sin separarse, la cosecha iría mal. Si las llamas crepitaban, quería decir que una muchacha iba a casarse, mientras que si tendían a salirse de la chimenea, sobresaliendo hacia delante, hacia la estancia, indicaban que ese año moriría alguien en la casa.
Era el tiempo de la purificación, y por eso en todo el mundo céltico se llevaban a cabo grandes operaciones de limpieza en las casas, para liberarse de las suciedades del invierno y de las negatividades.
Celebrar Imbolc hoy
Para el altar se usa un mantel de color verde, como la nueve y tierna hierba que pronto empezara a forzar el terreno helado con sus tímidas pero fuertes raíces.
Es el color de la naturaleza que se despierta del sueño invernal.
Sobre el altar hay que poner también una escudilla con leche de cabra, ya que en este periodo los bóvidos paren y ofrecen al ser humano sus corderos. Al final del ritual, la leche es ofrecida a la Madre Tierra. Durante la ceremonia se bendicen las velas que se usaran durante todo el año, por lo que es conveniente aprender a pensar en el uso ritual que se va a hacer de estos elementos a fin de comprar la cantidad exacta.
Para el altar se usa un mantel de color verde, como la nueve y tierna hierba que pronto empezara a forzar el terreno helado con sus tímidas pero fuertes raíces.
Es el color de la naturaleza que se despierta del sueño invernal.
Sobre el altar hay que poner también una escudilla con leche de cabra, ya que en este periodo los bóvidos paren y ofrecen al ser humano sus corderos. Al final del ritual, la leche es ofrecida a la Madre Tierra. Durante la ceremonia se bendicen las velas que se usaran durante todo el año, por lo que es conveniente aprender a pensar en el uso ritual que se va a hacer de estos elementos a fin de comprar la cantidad exacta.
La sabiduría antigua, sin embargo, enseña que es melius abundare quan deficere, por lo que es mejor hacer una inversión para que duren todo un año entero sin temer a comprar una cifra demasiado alta.
La Antigua Diosa nos devolverá centuplicado todo lo que le ofrezcamos.
Como hacen muchos wiccanos, tendremos que comprar cada año una escoba de sorgo nueva y utilizarla para expulsar el frío, el hambre y el miedo, que en la Antigüedad eran compañeros cotidianos de la estación invernal. No obstante, también es posible hacerse uno mismo la escoba ritual con algunas ramitas muy finas de avellano y atándolas a un palo robusto. La escoba ritual, obviamente, no debe ser utilizada para fines prácticos.
Como hacen muchos wiccanos, tendremos que comprar cada año una escoba de sorgo nueva y utilizarla para expulsar el frío, el hambre y el miedo, que en la Antigüedad eran compañeros cotidianos de la estación invernal. No obstante, también es posible hacerse uno mismo la escoba ritual con algunas ramitas muy finas de avellano y atándolas a un palo robusto. La escoba ritual, obviamente, no debe ser utilizada para fines prácticos.
Con motivo del Imboloc, tras haber purificado la estancias de la casa pulverizando en ellas agua con una pizca de sal, hay que encender en cada sala una vela blanca para aportar luz y la bendición de la Madre, y se debe dejar que se consuma completamente (con cautela de poner bajo cada vela un platito para evitar que la cera se vierta y que la llama pueda dañar los muebles u otros elementos).
Imboloc representa la purificación, también del pensamiento; por este motivo la tradición de Viviane efectúa un simple ritual.
Después de haber meditado mucho los días anteriores sobre los aspecto de nuestro carácter que deseamos cambiar, actitudes mentales que queremos modificar, defectos que deseamos alejar, los escribiremos con un rotulador sobre hojas de maíz u otras hojas bastante anchas (por ejemplo, las del olmo o la vid) que habremos conservado para este fin, y luego las quemaremos en el caldero.
Después de haber meditado mucho los días anteriores sobre los aspecto de nuestro carácter que deseamos cambiar, actitudes mentales que queremos modificar, defectos que deseamos alejar, los escribiremos con un rotulador sobre hojas de maíz u otras hojas bastante anchas (por ejemplo, las del olmo o la vid) que habremos conservado para este fin, y luego las quemaremos en el caldero.
Incienso de Imbolc
Como base de todos los inciensos debe usarse un poco de serrín o virutas de madera.
El árbol apropiado para el Imboloc es el serbal de los pajareros.
Se majan en el mortero 4 partes de madera de serbal;
se añade 1 parte Teresina (si no se encuentra debe sustituirse por unos granos de incienso o de mirra)
1 parte de de líquenes y
2 pizcas de hojas de laurel secas y trituradas.
Se amasa todo con 10 gotas de aceite esencial de romero.
Se caliente un carboncillo con la llama de una vela, y después se pone en un recipiente o sobre un platito.
Para acabar, se pone un poco del incienso elaborado específicamente para el Imboloc y se deja que difunda sus vibraciones mágicas en el aire.
Magia Wicca
Christopher Wallace
Como base de todos los inciensos debe usarse un poco de serrín o virutas de madera.
El árbol apropiado para el Imboloc es el serbal de los pajareros.
Se majan en el mortero 4 partes de madera de serbal;
se añade 1 parte Teresina (si no se encuentra debe sustituirse por unos granos de incienso o de mirra)
1 parte de de líquenes y
2 pizcas de hojas de laurel secas y trituradas.
Se amasa todo con 10 gotas de aceite esencial de romero.
Se caliente un carboncillo con la llama de una vela, y después se pone en un recipiente o sobre un platito.
Para acabar, se pone un poco del incienso elaborado específicamente para el Imboloc y se deja que difunda sus vibraciones mágicas en el aire.
Magia Wicca
Christopher Wallace