“SEMINARIO DE MAGIA”
Basado en unas charlas-coloquio del Profesor
FRANCISCO DE ASIS ROVATTI.
Celebrado en Castelldefels, en los años 80’
Transcribe las notas y les da formato de Texto:
Josep Lluís Albareda
PARTE VIII
Es
decir: se ha llegado a un punto, en que por los motivos que sean en que el
hombre -ahora- recibe toda esta vibración negativa, esta energía negativa, que
está ahí y que nos la van cultivando.
Y si
nosotros no estamos alertados y no sabemos defendernos, acabaremos pasándolo
mal.
Pero a
pesar de todo ello, nos encontramos en que los descubrimientos que se van
produciendo, no nos dan tiempo a adaptarnos: ésto, también nos lleva a un
estado de agresividad.
Y también
nos lleva a un estado curioso: que no damos importancia, ya, a las cosas.
El que el
hombre vaya a la Luna, para nosotros, hoy en día, no tiene ninguna importancia.
El que
haya unos astronautas que se hayan pasado seis meses, por ejemplo, viajando por
el espacio: ¡bueno, pues es una experiencia más!
Y
entonces, ¿qué ocurre con el hombre?: que se vuelve agresivo por un lado y
pierde capacidad de asombro por otro; lo cual son circunstancias muy malas,
porque se está acabando con el don de la esperanza.
El
hombre, ya no empieza a creer en algo mejor, sino que se encuentra en un estado
de ir pasando de la forma que sea y procura que las bofetadas que le van
pegando, sean también más pasables.
Esto, es
lo que ocurre en general en el hombre denominado "normal".
Afortunadamente,
aún hay personas que saben reaccionar.
En esto,
existen centros de culto, de gente que sabe rezar, de gente que sabe proyectar
su energía.
Y esto
hace, precisamente, que el mundo siga tirando hacia adelante.
Cuando a
un físico actual le preguntamos qué es la energía, vemos que el físico se
encuentra en un gran aprieto, porque no encuentra una definición exacta de lo
qué puede ser la energía.
Y si
recordamos aquella definición de nuestro bachillerato elemental -que aún es
válida, en la física-, que dice que energía es capacidad de trabajo y que la
materia es la sustancia que contiene las cosas, veremos que la sustancia es una
manifestación energética, que la energía es algo un poco así metafísico, algo
que no está definido.
Y que
cuanto más avanza la física en la investigación de lo qué es la materia, más se
está dando cuenta la física de que los conceptos que hoy pueden ser válidos,
mañana pueden ser totalmente distintos.
No hay
una definición exacta -aún hoy en día-, de lo qué es la energía.
Y sin
embargo, el ser humano tiene que clasificar muchas formas de energía: hablamos
de energía nuclear, hablamos de energía atómica; decimos que esta energía
atómica está formada por partículas que poseen masa; hablamos de la energía
electromagnética, en la cual las partículas no poseen masa, pero poseen
polaridad; hablamos de varios tipos de energía.
Y hoy en
día, sin ir más lejos y extrapolando, nos permitimos ya hablar de una energía
psíquica, de una energía psiónica -que es un nombre muy bonito y que en los
países del este le dan otro nombre más eufórico: energía psicotrónica; y los
americanos, que tampoco quieren quedar atrás en dar nombres a las cosas, lo
llaman energía libre-.
Cuando
hablamos de energía psíquica, de energía psicotrónica, o de energía de este
tipo, estamos hablando de algo que ya se conoce desde hace muchos siglos y con
muchos nombres.
Por
ejemplo: en la India, se habla del prana, la energía sutil, que es impalpable y
que lo mueve todo.
En la
antigua China, se conocía también con el nombre de chi. Mesmer -yendo muy
rápidamente aquí, a la vuelta de la esquina-, nos hablaba del magnetismo
animal.
El barón
Reinchenbach, nos hablaba de la fuerza ódica.
Y William
Reich del bioplasma.
Otros nos
hablarán de la energía críptica; otros, de la energía psíquica; otros, de una
energía biónica, energía bio-eléctrica, de energía cósmica.
Es decir:
todo el mundo ha ido metiendo su nombrecito y todo el mundo ha intentado
definir con una
denominación
una energía que está ahí, una energía que produce una serie de fenómenos
paranormales.
Y que
indiscutiblemente, los fenómenos paranormales han estado íntimamente ligados
con el fenómeno mágico.
Pero,
¿hasta qué punto podemos explicar determinados fenómenos mágicos, a través de
una explicación realmente científica, de una explicación racionalista, de lo
qué entendemos por esta energía psíquica, psiónica o como la queramos
denominar?: es muy difícil.
Es muy
difícil porque sabemos que hay muchos fenómenos; muchos que los podemos
estudiar realmente en el laboratorio y que los vamos a repetir; pero otros no:
otros fenómenos paranormales -mágicos, si ustedes quieren-, tenemos que
estudiarlos en el
lugar en
donde se está produciendo el fenómeno, en el sitio aquel en que se produce, ya
que no lo podemos trasladar.
Para
complicar aún más las cosas, nos encontramos en que sujetos que tienen
determinadas facultades paranormales -mágicas, si así se quiere entender-,
tienen estas facultades en el lugar en donde ellos están actuando (cuando ellos
están condicionados en un ambiente determinado); pero cuando nosotros sacamos a
estos sujetos de su ambiente, los sacamos del contexto social en el que viven,
entonces el fenómeno deja de funcionar.
Y
después, para acabar de complicarlo, nos encontramos con una cantidad de
personas -brujos, magos, nigromantes, médiums, etc.-.
Hoy,
llamamos al su-jeto sensible, al sujeto dotado, con el nombre de paragnosta,
que cuando no están en situación de reproducir el fenómeno, entonces recurren
al fraude -de una forma consciente o de una forma inconsciente-.
CONTINUARA...