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lunes, 23 de junio de 2014

NOCHE DE SAN JUAN...

RITUAL DE LA NOCHE DE SAN JUAN
(la Madrugada del día 24 de Junio) 
Se utiliza la magia de las velas para conseguir nuestros propósitos. 
Está formado por un altar, seis velas con los colores del Arco Iris, una vela color marrón, una vela negra de menor tamaño, un recipiente con agua de manantial y unas hojas de laurel.
El altar: 
Es el soporte sobre el cual vamos a realizar nuestro ritual. En él encontramos un círculo que representa los hechos consumados, es decir los deseos ya cumplidos, los propósitos conseguidos. Dentro del círculo se circunscribe un heptágono, polígono de siete lados, porque el siete es el número mágico por antonomasia y simboliza los grados de perfección.
Las velas de colores: 
Las seis velas de colores representan a la luz blanca del Sol, símbolo de pureza, que al descomponerse da como resultado los seis colores del Arco Iris (rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul y violeta). A estos seis colores le sumamos el marrón de la séptima vela, color que simboliza la Tierra, madre fecunda y regeneradora, necesaria para que todo pueda nacer.
Siete velas en total que en su conjunto representan nuestros deseos de luz, de pureza y de regeneración. Eso es lo que queremos conseguir, el lado bueno que nos espera representado en estas siete velas donde, una vez más, encontramos el número mágico por excelencia que nos ayudará a que el ritual sea un éxito.
La vela negra: 
Simboliza la oscuridad que procede del negro, los males que nos acosan. Es de menor tamaño y por eso se encuentra en inferioridad con respecto a la luz blanca representada en el resto de las velas. La oscuridad del negro será vencida por la claridad del blanco.
El agua de manantial: 
Según antiguas leyendas, el agua de los manantiales que utilizamos la Noche de San Juan cura los males, ahuyenta el mal de ojo, atrae juventud y belleza y contienen, además, virtudes fecundantes.
Las plantas: 
Tradicionalmente las plantas que se utilizan esa noche tienen propiedades curativas o pueden utilizarse como amuletos protectores. El laurel, además es un símbolo de victoria y ahuyenta los malos espíritus.
La oración: 
Si queremos verbalizar nuestras intenciones en esta noche podemos recurrir a estas oraciones que recogen el sentido del ritual y los fines que esperamos conseguir.
Oración al encender la vela negra: 
"Esta vela representa la oscuridad que se inicia esta noche de San Juan y será vencida por la fuerza de la luz del Sol".
Oración al encender las demás velas y por cada una de ellas: 
"La luz del Sol, del Arco Iris, vencerá las tinieblas de la larga noche y todo mal pasado, presente y futuro será vencido".
Si ya tenemos el ritual completo y queremos regocijarnos en esta noche tan especial y propicia para deshacernos de todo lo malo, lo primero que tenemos que hacer es elegir un momento de tranquilidad, y luego, en solitario o en compañía de nuestra familia o amigos preparamos el altar, preferiblemente en el suelo, disponiendo las velas, el agua y las plantas.
Primero colocamos la vela negra en el centro, a continuación las velas de colores en cada uno de los vértices del heptágono siguiendo el orden de los números y haciendo coincidir los colores y, finalmente, en cualquier ángulo del altar ubicamos el laurel formando una cruz.
Esparcimos alrededor del altar algunas gotas de agua siguiendo el sentido de las agujas del reloj de manera que cerremos un círculo completo.
Luego encendemos las velas, primero la negra pronunciando la oración: "Esta vela representa la oscuridad que se inicia esta noche de San Juan y será vencida por la fuerza de la luz del Sol".
A continuación encendemos las demás velas por orden de numeración y pronunciamos la segunda oración por cada una de las velas en el momento de encenderlas: 
"La luz del Sol, del Arco Iris, vencerá las tinieblas de la larga noche y todo mal pasado, presente y futuro será vencido".
Nos concentramos fijando la atención en nuestro propósito y si lo deseamos escribiremos en dos hojas de papel, en una lo negativo que quemaremos con la vela negra y en otro lo que deseamos que suceda que guardaremos hasta la próxima noche de San Juan, recordando las oraciones, pensando que todo lo malo quedará eliminado, vencido, excluido de nuestra vida.
Sentimos cómo la luz que sale de las seis velas del Arco Iris se funden en el blanco purificador del Sol empujadas por la fuerza que fluye de la luz de la Tierra, luz fértil y regeneradora.
Unidas las siete fuerzas comienzan a devorar la luz que procede del negro, de las tinieblas arrasando los males pasados, presentes y futuros.
El lado oscuro que queremos destituir va sucumbiendo.
Lentamente se impone la claridad.
La luz domina sobre las tinieblas.
El círculo se cierra, los hechos se han consumado.
Visualizamos los deseos cumplidos encerrados en el círculo donde nadie nos los puede arrebatar, percibimos la alegría que nos produce caminar hacia lo saludable.
Luego, siguiendo las costumbres ancestrales, saltamos por encima del fuego como acto que culmina el definitivo cumplimiento de nuestros propósitos.
Finalmente, si no disponemos de tiempo para que las velas se consuman por sí solas, las apagamos empezando por la negra y terminando por las de colores en el mismo orden en que las encendimos.
El laurel que hemos utilizado en el ritual podemos colocarlo en cualquier lugar de nuestra casa porque de él seguiremos obteniendo la protección que necesitamos.
Con la culminación del Ritual de la Noche de San Juan hemos conseguido una vez más que la luz triunfe sobre las tinieblas, que el lado oscuro quede sepultado definitivamente bajo la espléndida luz blanca que acompaña todo lo bueno que a nuestro alrededor existe.
Y ahora, alborozados, empapados de nuestros buenos deseos dejemos que nuestro ser sea capaz de rezumar y regalar la concordia y luz que hemos conseguido, al menos hasta la próxima Noche de San Juan.

RITUAL NOCHE DE SAN JUAN...

RITUAL DE LA NOCHE DE SAN JUAN
(la Madrugada del día 24 de Junio) 
Se utiliza la magia de las velas para conseguir nuestros propósitos.
Está formado por un altar, seis velas con los colores del Arco Iris, una vela color marrón, una vela negra de menor tamaño, un recipiente con agua de manantial y unas hojas de laurel.
El altar: 
Es el soporte sobre el cual vamos a realizar nuestro ritual.
En él encontramos un círculo que representa los hechos consumados, es decir los deseos ya cumplidos, los propósitos conseguidos.
Dentro del círculo se circunscribe un heptágono, polígono de siete lados, porque el siete es el número mágico por antonomasia y simboliza los grados de perfección.
Las velas de colores: 
Las seis velas de colores representan a la luz blanca del Sol, símbolo de pureza, que al descomponerse da como resultado los seis colores del Arco Iris (rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul y violeta).
A estos seis colores le sumamos el marrón de la séptima vela, color que simboliza la Tierra, madre fecunda y regeneradora, necesaria para que todo pueda nacer.
Siete velas en total que en su conjunto representan nuestros deseos de luz, de pureza y de regeneración.
Eso es lo que queremos conseguir, el lado bueno que nos espera representado en estas siete velas donde, una vez más, encontramos el número mágico por excelencia que nos ayudará a que el ritual sea un éxito.
La vela negra: 
Simboliza la oscuridad que procede del negro, los males que nos acosan.
Es de menor tamaño y por eso se encuentra en inferioridad con respecto a la luz blanca representada en el resto de las velas. La oscuridad del negro será vencida por la claridad del blanco.
El agua de manantial: 
Según antiguas leyendas, el agua de los manantiales que utilizamos la Noche de San Juan cura los males, ahuyenta el mal de ojo, atrae juventud y belleza y contienen, además, virtudes fecundantes.
Las plantas: 
Tradicionalmente las plantas que se utilizan esa noche tienen propiedades curativas o pueden utilizarse como amuletos protectores.
El laurel, además es un símbolo de victoria y ahuyenta los malos espíritus.
La oración: 
Si queremos verbalizar nuestras intenciones en esta noche podemos recurrir a estas oraciones que recogen el sentido del ritual y los fines que esperamos conseguir.
Oración al encender la vela negra: 
"Esta vela representa la oscuridad que se inicia esta noche de San Juan y será vencida por la fuerza de la luz del Sol".
Oración al encender las demás velas y por cada una de ellas: "La luz del Sol, del Arco Iris, vencerá las tinieblas de la larga noche y todo mal pasado, presente y futuro será vencido".
Si ya tenemos el ritual completo y queremos regocijarnos en esta noche tan especial y propicia para deshacernos de todo lo malo, lo primero que tenemos que hacer es elegir un momento de tranquilidad, y luego, en solitario o en compañía de nuestra familia o amigos preparamos el altar, preferiblemente en el suelo, disponiendo las velas, el agua y las plantas.
Primero colocamos la vela negra en el centro, a continuación las velas de colores en cada uno de los vértices del heptágono siguiendo el orden de los números y haciendo coincidir los colores y, finalmente, en cualquier ángulo del altar ubicamos el laurel formando una cruz.
Esparcimos alrededor del altar algunas gotas de agua siguiendo el sentido de las agujas del reloj de manera que cerremos un círculo completo.
Luego encendemos las velas, primero la negra pronunciando la oración: "Esta vela representa la oscuridad que se inicia esta noche de San Juan y será vencida por la fuerza de la luz del Sol".
A continuación encendemos las demás velas por orden de numeración y pronunciamos la segunda oración por cada una de las velas en el momento de encenderlas: "La luz del Sol, del Arco Iris, vencerá las tinieblas de la larga noche y todo mal pasado, presente y futuro será vencido".
Nos concentramos fijando la atención en nuestro propósito y si lo deseamos escribiremos en dos hojas de papel, en una lo negativo que quemaremos con la vela negra y en otro lo que deseamos que suceda que guardaremos hasta la próxima noche de San Juan, recordando las oraciones, pensando que todo lo malo quedará eliminado, vencido, excluido de nuestra vida.
Sentimos cómo la luz que sale de las seis velas del Arco Iris se funden en el blanco purificador del Sol empujadas por la fuerza que fluye de la luz de la Tierra, luz fértil y regeneradora.
Unidas las siete fuerzas comienzan a devorar la luz que procede del negro, de las tinieblas arrasando los males pasados, presentes y futuros.
El lado oscuro que queremos destituir va sucumbiendo.
Lentamente se impone la claridad.
La luz domina sobre las tinieblas.
El círculo se cierra, los hechos se han consumado.
Visualizamos los deseos cumplidos encerrados en el círculo donde nadie nos los puede arrebatar, percibimos la alegría que nos produce caminar hacia lo saludable.
Luego, siguiendo las costumbres ancestrales, saltamos por encima del fuego como acto que culmina el definitivo cumplimiento de nuestros propósitos.
Finalmente, si no disponemos de tiempo para que las velas se consuman por sí solas, las apagamos empezando por la negra y terminando por las de colores en el mismo orden en que las encendimos.
El laurel que hemos utilizado en el ritual podemos colocarlo en cualquier lugar de nuestra casa porque de él seguiremos obteniendo la protección que necesitamos.
Con la culminación del Ritual de la Noche de San Juan hemos conseguido una vez más que la luz triunfe sobre las tinieblas, que el lado oscuro quede sepultado definitivamente bajo la espléndida luz blanca que acompaña todo lo bueno que a nuestro alrededor existe.
Y ahora, alborozados, empapados de nuestros buenos deseos dejemos que nuestro ser sea capaz de rezumar y regalar la concordia y luz que hemos conseguido, al menos hasta la próxima

Noche de San Juan.

sábado, 21 de junio de 2014

SOLSTICIO DE VERANO...

Anoche Celebrando la Entrada de #Solsticio de #VERANO...¡¡¡
(yo... claro dando la bienvenida a las chicas...)

LITHA...

Litha es la noche mas corta del año.
Es el momento de equilibrio entre las fuerzas de crecer y disminuir.
A partir de ahora, los días se hacen más cortos.
Es el momento perfecto de confiar en el ciclo de la naturaleza y hacer deseos.
Es la noche mas mágica del año y cualquier ritual o hechizo hecho en esta fecha tiene el máximo poder.
Se suele celebrar con un gran fuego que representa la fuerza del sol y se quema en él todos los pensamientos y experiencias negativas para coger nuevas fuerzas y empezar de nuevo.

Con los saltos por encima del fuego te aseguras la buena suerte.
Disfruta de tu fuerza vital y ten conciencia de que nada dura para siempre.
Algunos rituales y consejos para el 23 de Junio:
Recoge 7 flores diferentes sin hablar, después pasa por 7 vallas, mete las flores por debajo de la almohada para soñar
de tu futuro marido y ver su cara.
Como es la noche en que salen todas las criaturas del bosque, elfas, hadas, brujas, ninfas y se hacen
visibles… deja algunas ofrendas delante de tu puerta para ellos y pide un deseo.
Piénsalo bien ya que tienes solo una oportunidad al año. Como ofrenda sirve pan, vino, nueces, flores, frutas…
En un bolsito pequeño de tela metes hierbas típicas de San Juan (Hierba de San Juan, Manzanilla, Albahaca, Lavanda, Verbena, Romero). Visualiza como metes todos tus problemas,
preocupaciones y enfermedades dentro del bolso y cierra el bolso con una cinta roja.

Tira el bolso al fuego al mismo tiempo que das las gracias al poder divino del sol y pides que te limpie de toda negatividad y te realiza tus deseos.
Puedes acompañar la ceremonia comiendo galletas de limón y nueces y bebiendo vino.
Es el día tradicional para las brujas en todo el mundo de recoger hierbas y flores que se van a usar para fabricar pociones, almohadillas, muñecas, etc.

Así si tienes planificado otros hechizos aprovecha para buscar las hierbas ahora que son más potentes.

LITHA...

LITHA
NOCHE DEL 20 AL 21 DE JUNIO
En esta fecha se celebra el solsticio (del latín sol stat, "el Sol se detiene") de verano, el momento de mayor potencia del Sol.
Es el día más largo del año e indica el inicio del proceso de disminución de las horas de luz y la inevitable parábola descendiente hacia el invierno.
En Escocia, como en todos los países anglosajones, esta fiesta es llamada también Midsummer, que significa "medio verano", y se hizo famosa gracias a la obra de Shakespeare "El sueño de una noche de verano".
Los cristianos le superpusieron la celebración del 24 de Junio, fiesta en honor de San Juan Bautista, precursor de Cristo, nacido exactamente seis meses antes que Él.
En este momento del año, la naturaleza está al máximo de su plenitud, los jardines están llenos de flores y los árboles empiezan a cargarse de frutos que el Sol del verano hará madurar.
Por tanto, es natural que sea la favorita en todo lo referente al amor y a la fertilidad.
De hecho, a este día se le llama también "el matrimonio del sol y de la luna", y en muchos países de tradición céltica se celebra de manera semejante al Yule; una especie de fin de año a mitad del ciclo de las estaciones.
Todavía hoy queda el recuerdo de algunos ritos solsticiales que luego se transformaron en fiestas flokloricas.
En muchos países europeos se encienden aun fuegos sobre las colinas, las personas participan en procesiones nocturnas llevando antorchas en la mano y se arrojan pendiente abajo ruedas encendidas.
Según la antigua sabiduría druídica, el fue tenia la función de sostener mágicamente al sol, otorgándole la fuerza de calentar la tierra y de alejar las fuerzas del mal, ocultas en las tinieblas.
Como en Beltane, también en Litha se bailaba en torno a las hogueras y se saltaba sobre las brasas.
El humo de los fuegos se usaba en los pueblos célticos para purificar y proteger al ganado, mientras que las cenizas se esparcían por los campos para propiciar su fertilidad.
En las zonas de lengua anglosajona existen algunas historias antiguas que narran que el año era gobernado por dos antiguas deidades de la vegetación; la primera parte del año por el Rey de la Encina, y la segunda, por el Rey del Acebo, que siempre estaban en lucha entre sí.
El primero representaba al año en crecimiento, cuando el día es más largo que la noche, y el segundo simbolizaba al año decreciente, en el que la oscuridad dura más que la luz.
Y mientras que en Yule se derrotaba al Rey Acebo, que era quemado en la hoguera, en Litha era el Rey de la Encina el que perdía la batalla.
Obviamente, girando la rueda del año, la suerte daba un vuelco y todo volvía al equilibrio.
Entre ambos reyes, inmóvil y, aún así mudable, estaba la Antigua Madre, que recogía en sí la vida y la muerte.
En Escocia, Litha era el momento central también de otras celebraciones que tenían relación con el espíritu de la cebada, llamado por algunos John Barleycorn.
De este espíritu se celebraban otros momentos vitales de importancia, como la siembra en Beltane y la muerte en Lughnasadh.
Se decía, que John había vuelto entre los hombres después de bajar al regazo de la Tierra, que lo había hecho renacer en la siguiente primavera.
Un mito semejante concernía a la diosa céltica del trigo, que daba nombre a la fiesta.
El solsticio sigue siendo el momento en el que las "brujas" recogen las hierbas, todavía mojadas por el rocío, para luego atarlas en ramilletes y dejar que se sequen.
Según la tradición, estas hierbas tendrán después un poder inmenso, ya que el solsticio es su periodo balsámico, el momento en el que su fuerza se concentra al máximo.
Bajo la almohada se puede poner un ramillete de hierbas compuesto por Artemisa, salvia, romero, laurel y tomillo para tener sueños proféticos.
La verbena se trenza en forma de corona y se pone a secar para asegurar la prosperidad de la casa, mientras que una de las plantas que más refuerza su poder este día es el Hipérico, llamado también calzoncillo, que se usa como protección para alejar desgracias y presencias desagradables.
Donde sea posible se puede recoger muérdago, que tendrá que secarse para poder ser utilizado en los rituales o como talismán.

Actualmente es muy difícil encontrar muérdago en estado natural, pero en el pasado, los druidas solían cortarlo con una pequeña hoz de oro, recitando invocaciones y bendiciones.

LITHA...

LITHA
CELEBRAR "LITHA" HOY
El mantel del altar tiene que ser rojo o naranja, y las velas rituales, doradas.
Los platitos para las ofrendas deben contener flores, frutas, helechos, monedas de cobre y cristales.
Para quien practica el neodruidismo, es una de las fiestas más importantes por el poder del Sol, y es el momento más propicio para adivinar y obtener auspicios.
Conviene que quien decida dedicarse al estudio de las runas las deje expuestas todo el día a los rayos del Sol, para purificarlas y recargarlas.
Este día también es oportuno exponer todos los cristales que se posean a la luz del Sol, para cargarlos de energía luminosa, de forma que se pueda almacenar para utilizarlos cuando sea necesario.
Según la tradición, se recogen grandes ramos de hierbas aromáticas para poner sobre el altar.
Una parte será luego ofrecida a la Diosa y quemada sobre un brasero, de modo que toda el área que la rodea quede impregnada por su perfume y sus vibraciones.
A las hierbas frescas se les puede añadir también algunas que hayan quedado del año pasado, ya que todo debe retornar a la Madre.
También se pueden preparar ramilletes de hierbas sagradas, que tendrán que ser siempre nueve, un número muy importante para los druidas.
Son: romero, tomillo, laurel, salvia, mejorana, dragoncillo, hipérico, verbena y albahaca.
Se sale por la mañana temprano, en busca de nueces aún verdes, que se recogen con el ruezno, se cortan y se ponen en infusión en alcohol para preparar el famoso licor de nueces, un licor digestivo y tónico que queda bien grabado en la memoria de quien lo ha probado.

Al finalizar las celebraciones de Litha, la comida ritual comprende todo tipo de frutas, ensaladas y verduras de la huerta.
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