LITHA
NOCHE DEL 20 AL 21 DE JUNIO
En esta fecha se celebra el solsticio (del latín
sol stat, "el Sol se detiene") de verano, el momento de mayor
potencia del Sol.
Es el día más largo del año e indica el inicio del
proceso de disminución de las horas de luz y la inevitable parábola
descendiente hacia el invierno.
En Escocia, como en todos los países anglosajones,
esta fiesta es llamada también Midsummer, que significa "medio
verano", y se hizo famosa gracias a la obra de Shakespeare "El
sueño de una noche de verano".
Los cristianos le superpusieron la celebración del
24 de Junio, fiesta en honor de San Juan Bautista, precursor de Cristo, nacido
exactamente seis meses antes que Él.
En este momento del año, la naturaleza está al
máximo de su plenitud, los jardines están llenos de flores y los árboles
empiezan a cargarse de frutos que el Sol del verano hará madurar.
Por tanto, es natural que sea la favorita en todo
lo referente al amor y a la fertilidad.
De hecho, a este día se le llama también "el
matrimonio del sol y de la luna", y en muchos países de tradición céltica
se celebra de manera semejante al Yule; una especie de fin de año a mitad del
ciclo de las estaciones.
Todavía hoy queda el recuerdo de algunos ritos
solsticiales que luego se transformaron en fiestas flokloricas.
En muchos países europeos se encienden aun fuegos
sobre las colinas, las personas participan en procesiones nocturnas llevando
antorchas en la mano y se arrojan pendiente abajo ruedas encendidas.
Según la antigua sabiduría druídica, el fue tenia
la función de sostener mágicamente al sol, otorgándole la fuerza de calentar la
tierra y de alejar las fuerzas del mal, ocultas en las tinieblas.
Como en Beltane, también en Litha se bailaba en
torno a las hogueras y se saltaba sobre las brasas.
El humo de los fuegos se usaba en los pueblos
célticos para purificar y proteger al ganado, mientras que las cenizas se
esparcían por los campos para propiciar su fertilidad.
En las zonas de lengua anglosajona existen algunas
historias antiguas que narran que el año era gobernado por dos antiguas
deidades de la vegetación; la primera parte del año por el Rey de la
Encina, y la segunda, por el Rey del Acebo, que siempre estaban en lucha entre
sí.
El primero representaba al año en crecimiento,
cuando el día es más largo que la noche, y el segundo simbolizaba al año
decreciente, en el que la oscuridad dura más que la luz.
Y mientras que en Yule se derrotaba al Rey Acebo,
que era quemado en la hoguera, en Litha era el Rey de la Encina el
que perdía la batalla.
Obviamente, girando la rueda del año, la suerte
daba un vuelco y todo volvía al equilibrio.
Entre ambos reyes, inmóvil y, aún así mudable,
estaba la Antigua Madre, que recogía en sí la vida y la muerte.
En Escocia, Litha era el momento central también de
otras celebraciones que tenían relación con el espíritu de la cebada, llamado
por algunos John Barleycorn.
De este espíritu se celebraban otros momentos
vitales de importancia, como la siembra en Beltane y la muerte en Lughnasadh.
Se decía, que John había vuelto entre los hombres
después de bajar al regazo de la Tierra, que lo había hecho renacer en la
siguiente primavera.
Un mito semejante concernía a la diosa céltica del
trigo, que daba nombre a la fiesta.
El solsticio sigue siendo el momento en el que las "brujas" recogen
las hierbas, todavía mojadas por el rocío, para luego atarlas en ramilletes y
dejar que se sequen.
Según la tradición, estas hierbas tendrán después
un poder inmenso, ya que el solsticio es su periodo balsámico, el momento en el
que su fuerza se concentra al máximo.
Bajo la almohada se puede poner un ramillete de
hierbas compuesto por Artemisa, salvia, romero, laurel y tomillo para tener
sueños proféticos.
La verbena se trenza en forma de corona y se pone a
secar para asegurar la prosperidad de la casa, mientras que una de las plantas
que más refuerza su poder este día es el Hipérico, llamado también calzoncillo,
que se usa como protección para alejar desgracias y presencias desagradables.
Donde sea posible se puede recoger muérdago, que
tendrá que secarse para poder ser utilizado en los rituales o como talismán.
Actualmente es muy difícil encontrar muérdago en
estado natural, pero en el pasado, los druidas solían cortarlo con una pequeña
hoz de oro, recitando invocaciones y bendiciones.