LA VARITA MAGICA
Los
árboles que los brujos prefieren para hacer la varita son el roble, el avellano
y el sauce.
La
varita tiene que tener las mismas dimensiones que la distancia del codo a la
punta del dedo del corazón del su dueño.
Debe
tener aproximadamente una pulgada de espesor y ser lo mas derecha posible.
Una
vez que el brujo ha obtenido la rama del árbol adecuado, usa el bolín para
cortar todos los nudos de su superficie y luego la pule con papel de lija.
Con
la punta del bolín ahueca una de las puntas de la varita, sacándole alrededor
de dos pulgadas de la madera de su interior.
Luego
toma un pedacito de algodón, se pincha el pulgar de la mano derecha con una
aguja nueva y deja caer varias gotas de sangre sobre el algodón, el cual luego
tapona adentro del hueco que ha hecho en la varita.
El
hueco es sellado con la cera de una vela blanca en la cual ha inscrito un
pentagrama con el bolín.
La
varita es luego pintada de negro e inscrita con un pentagrama.
Algunos
brujos escriben su nombre en runas en la varita con el bolín o lo trazan con
tinta plateada.
A
menudo la punta de la varita es pintada con tinta plateada para determinar cual
lado esta cargado con la sangre del brujo.
Después
de terminada la varita es consagrada en los 4 elementos.
Para
hacer esto el brujo la coloca sobre sal (elemento tierra), luego la pasa por la
llama de una vela (elemento fuego), la asperja con agua de sal (elemento agua)
y la pasa por humo de incienso (elemento aire).
Luego
la consagra con aceite consagrado, con vino, y con tres bocanadas de aire en
nombre de Aradia y de Karnayna.
La
varita mágica se usa para invocar y subyugar ciertos espíritus, generalmente
benéficos, que no pueden ser invocados con el Athame o la espada mágica.
También
se usa para “bajar” energías cósmicas cuando el brujo esta llevando a cabo
ciertos rituales o magias.
El
Libro de las Sombras