En el rico acervo de la mitología cántabra... hay
una serie de seres que nada tienen que ver con el hombre... ni en la forma...
ni en el comportamiento... y que hay que incluir en el reino animal, a pesar,
de las distancias que los separan con todo animal conocido...
Ninguno de estos animales verdaderamente
fantásticos por su forma, sus orígenes y su conducta... es bueno... en el
sentido más sencillo que puede dar a esta palabra un niño...
Actualmente es difícil encontrar a estos
animales... pues los modernos sistemas de aniquilación que posee el hombre han
acabado... prácticamente... no sólo con estos raros especimenes sino también
con los padres que los procrean...
Sólo los "caballucos" del
diablo... siguen apareciendo cada noche de San Juan... aunque cada vez es más
difícil verlos... pues la luz eléctrica, parece que los espanta y hoy en día...
existen pocos lugares habitados en los que se carece de ella...
El primer jinete fue un molinero que siempre robaba
a sus clientes parte del maíz o trigo que le llevaban a moler... El segundo, un
escribano que por dinero y favores firmaba certificados falsos... El tercero,
un usurero que sacaba la sangre a los labradores con todo tipo de trampas... El
cuarto, un hijo desalmado que pegaba a su madre y a su padre... El quinto, un
padre que vendió a su hija a un pretendiente viejo y rico... El sexto, un cura
que engañaba a sus feligreses contándoles cosas que él mismo no creía... Y...
el séptimo, un hombre riquísimo que nunca dio ni un céntimo a los pobres...
El primer día del verano... el solsticio... fue día
de celebración desde los primeros tiempos de la humanidad... que veneraba las
fuerzas sobrenaturales con el fuego... símbolo de vida...
Las estelas cántabras
con sus motivos solares son testimonio de las creencias de sus antiguos
pobladores... y de sus ceremonias con fuego, purificadoras y propiciatorias de
la cosecha venidera, perviven en realidades todavía actuales...
Los celtas
celebraban el solsticio de verano festejando a Yun, padre de los dioses... al
que cantaban himnos y consagraban el muérdago y la verbena...
Los antiguos
cántabros... muy cercanos a los celtas en tradición y descendencia...
realizaban fiestas paganas semejantes... que fueron absorbidas con la
proscripción del paganismo...por la fiesta de Juan Bautista...
En Cantabria las
hogueras de la noche de San Juan... perpetúan la antigua tradición purificadora
y propiciatoria...
Esta noche de misterio... de hechizos y de ritos sagrados...
noche de brujas... ... aparecen los "caballucos del diablo"...