HERBARIO “WICCA”
Todas las flores, todas las hierbas aromáticas y medicinales, todos los árboles y arbustos, todas las especias y resinas tienen un significado simbólico muy preciso, con una particular vibración energética que los caracteriza, haciéndolos diferentes a los demás, y que puede usarse con fines rituales y mágicos.
En la magia wiccana, las flores y las hierbas pueden usarse tanto frescas como secas.
En el primer caso, se emplean para adornar el altar, en un jarrón de cristal blanco o, si se usan solo las corolas, se pondrán en remojo en agua pura, en una cubeta transparente.
En el segundo caso, esta bien aprender a secar uno mismo las flores que se quiere utilizar, que se quemaran luego juntas en el incienso sobre el carboncillo para las vaporizaciones rituales.
Muchos maestros wiccanos aconsejan cultivar las flores que se necesitan, aunque sea en un balcón, o en un jardín, pero esto no siempre resulta fácil ni posible.
Las herboristerías siguen siendo el sistema mas eficaz y seguro para conseguir lo necesario.
En teoría, si son comerciantes serios, las hierbas deberían proceder de cultivos no tratados con agentes químicos y estar exentas de enfermedades.
Lo mejor seria poder contar con una herboristería de confianza, hablar claramente con el comerciante, explicarle que necesitamos un determinado tipo de hierba y adquirirla en cantidades moderadas.
Si se dispone ya de un herborista de confianza, escrúpulo y concienzudo, estaría bien que se aconsejara a los amigos y que siempre se acudiera a él para hacer las compras.
Hay que recordar que, en cualquier caso, tenemos derecho a preguntar sobre la procedencia de los productos adquiridos.
En el caso de las plantas mas comunes, como el romero, la salvia, la albahaca y la lavanda, se pueden comprar plántulas en un supermercado o en un vivero y cultivarlas uno mismo en el balcón de casa; normalmente exigen pocos cuidados, que son recompensados con grandes servicios.
Cuando las plantas tengan muchas hojas, se deshojan, y se pone una parte a secar, pero sin dejar la planta madre desnuda como si hubiera pasado una tormenta.
Secar las hierbas es bastante fácil; basta con cortar las hojas con unas tijeras (no deben arrancarse, porque se podría dañar la planta madre) y ponerlas en una bolsita de papel, como las que da con el pan, para colgarlas con dos pinzas de la ropa en una zona aireada pero sin sol directo, como puede ser un balcón o un alfeizar.
Cuando las hierbas estén secas, tendrán que desmigajarse, pero sin que lleguen a convertirse en polvo.
Si todavía están húmedas, es fácil que creen moho, por lo que deben dejarse secar todavía más antes de conservarlas en tarritos de vidrio alejados de la luz y de fuentes de calor.
Tanto si va al campo o al bosque, como si se recoge la plántula del balcón de casa o del jardín, hay que dar las gracias a la Diosa con una plegaria, puesto que las hierbas son un don de su cuerpo que no tiene que darse por descontado en absoluto.
Cada vez que se tome algo de la naturaleza se tiene que dar a cambio alguna otra cosa, y esto de aplicarse también cuando se recogen hierbas.
No se trata de “pagar”, sino de efectuar un intercambio equitativo.
Si se va al bosque o al campo, se puede llevar pan, para dejarlo a los animales, o un cristal, alguna moneda o una hoja de papel con una oración o un dibujo, en suma, alguna cosa que se ofrezca a cambio de las hierbas que se tomen.
Cuando uno esté preparado podrá construir su propio herbario, pero durante la fase de aprendizaje sería mejor limitarse a usar hierbas que conozca bien. Hay que elegir hierbas muy conocidas, experimentar con ellas, aprender a conocer sus efectos.
Es mejor utilizar pocas hierbas pero que se conozcan bien antes que coleccionar tarros con hierbas cuyo nombre y uso no se recuerde.
Para elaborar un herbario realmente eficaz, es aconsejable observar el entorno y estudiar la flora del lugar en el que uno vive.
Hay que recordar siempre que las plantas tienen un vibración especifica, que depende del lugar en el que viven.
Por ejemplo, difícilmente te podrán usar en Escocia limones o naranjas en magia, así como serie difícil de encontrar brezo en España o Portugal.
Por este motivo, cada cual debe aprender a conocer las hierbas de las diversas franjas climáticas, eligiendo las que se adecuen más al lugar en el que vive o actúa.
Sin embargo, hay algunas hierbas que no pueden faltar en la farmacia de las “brujas” deberíamos adquirir tarros iguales, o recuperar los de casa, y ponerlos ordenados en una estantería, y no carecer nunca de algunas hierbas fundamentales, que son:
Acebo, Artemisa, Hipérico, Lavanda, Menta, Pino (o Abeto), Rosa, Romero y Salvia.
