Estas 9 reglas ocultas fueron dichas por las 9
Musas o Sacerdotisas que calentaban y custodiaban el Caldero Sagrado.
Indica que una fuerza superior siempre rebotará un
poder inferior. En otras palabras, si tú, el aspirante, tiene que subir contra
otro practicante, o contra una energía incorpórea, que es más fuerte que tú,
cualquier cosa que proyectes en su dirección volverá a ti mas la fuerza del
rebotador.
Todas las demanadas procedentes de las dimensiones
sutiles están repetidas por triplicado. En la primera emisión, la mente
consciente queda alertada, la repetición compromete las facultades de la razón,
mientras que la tercera manifestación entra en contacto directo con la psique o
fuerza del alma. (Como en la historia bíblica de la negación de Pedro). Esta
ley particular se observa de manera muy estricta en la magia celta, ya que
representa un aspecto de la mística del número sagrado, el 3.
Todas las visiones, los sueños, las fuentes de
inspiración, los indicios, en suma todo aquello que parece salir desde el más
allá de los límites del pensamiento racional y lógico, es un desafío. Aquí hay
que tener una honradez absoluta, ya que el aspirante ha de percibir la línea
sutil que separa la realidad presente de las interferencias y la inspiración
del engaño.
Cuando dos fuerzas iguales se encuentran, con el
tiempo una dejará paso a la otra, que, en consecuencia, subirá de categoría.
Esta ley está confirmada por las leyes naturales de la ciencia y queda
claramente demostrada en la física de la partícula.
Según la
Ley del Equilibrio, todas las cosas deberían funcionar según
su propia frecuencia o su nivel correcto. Por ejemplo, sentarse durante horas
concentrándose para buscar la suficiente energía psicocinética como para mover
una mesa de 6 pulgadas ,
cuando se puede conseguir el mismo efecto dándole un ligero empuje, es una
tarea baldía y un gasto de poder que se podría emplear mejor en modos de
expresión más constructivos. La
Ley del Equilibrio tiene que ver también con el estado de
contrapeso necesario para el funcionamiento satisfactorio y la expresión
correcta de la energía a todos los niveles, lo cual la relaciona en especial
con la enfermedad y la curación. Denuncia los excesos de toda clase y exige,
por ejemplo, que el cuerpo físico sea tratado con cortesía porque es habitado
por muchas otras formas de vida, incluidos los 4 elementos, sin cuyos amables
servicios no habría estructura molecular y por tanto no habría cuerpo físico.
Esta Ley indica de qué modo las cosas trabajan o no
trabajan para nosotros, lo cual, por supuesto, dependerá del grado de
iniciación de cada uno. Si, al hacer unas peticiones ocultas, el estudiante
encuentra que la respuesta no es correcta, quiere decir que aún no se la ha
ganado. Esto ocurrirá a menudo con los aspirantes que trabajan de forma estéril
o que "mandan" a las inteligencias procedentes de los reinos
elementales sólo para descubrir que están siendo manipulados como marionetas
por las que ellos pretendían controlar. Si este es el caso, se trata de volver
al "tablero de dibujo".
Lo positivo y lo negativo, el ánimo y la
animosidad, lo masculino y lo femenino, el proceso de individuación tanto
espiritual como racional: todas éstas son expresiones de esta ley. El iniciado
tiene que estar bien polarizado en sí mismo antes de poder dar un paso
determinado a lo largo del recorrido. Esta ley, a pesar de ser rechazada por
algunas personas, es estrictamente observada por los reinos elementales que no
mostrarán el debido respeto a aquellos que se nieguen a observarla. Si uno de
los planos es más elevado o si una de las frecuencias es más sutil, la
diferencia entre las dos polaridades se hace borrosa y allí está el peligro. El
estado ideal, según dicen, es el ánimo y la animosidad en perfecto equilibrio
dentro del individuo, sin invadir ni quebrantar la ley cósmica.
También es llamada la Ley del Karma, aunque
"Karma" es un término estrictamente oriental que muchos utilizan, con
poca exactitud, para expresar el principio de "lo que siembras
recogerás". Un aspecto que se suele descuidar de esta ley se refiere al
intercambio de energías, lo cual quiere decir que nunca deberíamos esperar nada
de nadie, aunque el intercambio no siempre sea en "especie". Por
ejemplo, si una persona pobre recibe un donativo de dinero no tiene por qué
corresponder en efectivo, sino que podría hacer un servicio al donador que
fuera apropiado a sus medios y talentos. Lo mismo tiene que hacer una persona
rica que hereda un dinero que no le ha costado trabajo conseguir. Una simple
plegaria dicha de corazón equivale muchas veces, en energía emitida, al
donativo de mil libras de un hombre rico.
Esta ley expresa la atracción del querer por
querer. Dinero llama a dinero, un temor es un deseo insatisfecho, etc. Al
ocultista al que le queda su última libra se le aconseja que vaya a gastársela
porque una energía gastada atrae una energía similar.l