Bajo esta denominación específica se agrupan los elementales de la tierra, y si bien la primera descripción de su aspecto físico figura en los escritos de Paracelso, hacia el año 1.500, las referencias a su existencia se remonta a muchos siglos antes, por ejemplo, en la Cábala y el Talmud judíos, donde se menciona que el monarca y esoterista Salomón contaba con la ayuda de un gnomo (aunque no se lo mencione bajo ese nombre) extremadamente pequeño y con forma de gusano, que lo ayudo a construir el importante templo de Jerusalén, hace ya más de 3.000 años. El Talmud afirma asimismo que en cada planta y en cada piedra también habita un gnomo.
Es preciso destacar que el término "gnomo" no es de origen celta, sino que se acuñó recién en la Edad Media, para designar a estas criaturas elementales, amistosas con el hombre, que están compuestas (aunque su apariencia denote otra cosa) por el elemento tierra; se pueden involucrar bajo esa denominación, por ejemplo, a los sidhi irlandeses, los sithi escoceses, los duergars germanos, los tonttus finlandeses, los manó de Hungría, o los kippè de la ex Yugoeslavia, por mencionar sólo unos cuantos.
Es preciso destacar que el término "gnomo" no es de origen celta, sino que se acuñó recién en la Edad Media, para designar a estas criaturas elementales, amistosas con el hombre, que están compuestas (aunque su apariencia denote otra cosa) por el elemento tierra; se pueden involucrar bajo esa denominación, por ejemplo, a los sidhi irlandeses, los sithi escoceses, los duergars germanos, los tonttus finlandeses, los manó de Hungría, o los kippè de la ex Yugoeslavia, por mencionar sólo unos cuantos.
Respecto del vocablo "gnomo", aparece por primera vez en la obra de Paracelso De Nymphis Elementalia, aunque no es seguro que fuera él quien inventara el nombre, sino que probablemente haya sido una deformación anterior de la palabra genomus que significa "originario" o "nacido de la tierra". Sin embargo, la teoría más aceptada sobre el origen de la palabra gnomo la indica como derivada del término griego gnomai: "seres inteligentes", proveniente, a su vez, del sánscrito jna, que significa "conocer".
Esta teoría está avalada por el hecho de que la mayor parte e los países que sufrieron el dominio del Imperio Romano (heredero directo de la cultura helénica) utilicen un término fonéticamente similar para designar a estos elementales: en España, Portugal e Italia se los denomina gnomos, en Gran bretaña y Francia (antiguos territorios celtas) gnomes, y en Rumanía gnoms.
Características y apariencia
A pesar de que existe una enorme cantidad de nombres y descripciones para gnomos, todas las tradiciones coinciden en que habitan en el interior de la tierra y de las rocas o de los árboles, y que atraviesan estos materiales con tanta facilidad como los seres humanos el aire, aunque para ello pierden la apariencia con que los vemos, para transformarse en lo que en realidad son: elementales de la tierra.
Las leyendas irish gaëls (lengua de la que derivaron el irlandés antiguo y el moderno) llamaban a los gnomos gwarrgh, que significa literalmente "enanos", porque ése es el aspecto conque con más frecuencia se los describe: de muy baja estura (las referencias oscilan entre 20 cms. y 1,20 ms.), piernas cortas, torso fornido y abultado, brazos fuertes y cabeza grande, con una cara arrugada como la de un anciano, y una larga barba blanca o gris, que les llega a veces hasta más abajo de la cintura.
Continuará...
Roberto Rosaspini