EL BREZOEl hecho de que una ramita de Brezo Blanco sea un amuleto que protege de peligros y conceda cualquier cosa que se desee constamente es una creencia sumamente extendida que, con toda probabilidad, tiene su origen en el hecho de que el Brezo Blanco es muy raro de encontrar.
Una persona puede pasarse durante kilómetros enteros entre Brezos de color Púrpura sin ver uno solo que sea Blanco.
Eso sí, si su vista recae sobre uno de este color mientras deseaba alguna cosa, ésta se hará realidad.
Puede ocurrir, sin embargo, que exista algún conocimiento más profundo subyaciendo bajo esta creencia, algún conocimiento ya olvidado.
Sabemos que los Celtas empleaban Brezo en sus ceremonias de adivinaciones, y existe al menos dos clanes escoceses -los Macdonald y los Macdouglas- cuyos escudos muestran el Brezo en alguna de sus formas.
Las leyendas de Macpherson sobre Ossian asocian el Brezo Blanco con las lágrimas, pero no se debe aceptar a Macpherson de manera implícita.
Según él, cuando Óscar, hijo de Ossaian, se encontraba en su lecho de muerte tras la lucha que sostuvo con Cairbar, dio a uno de sus seguidores una ramita de Brezo Púrpura, rogándole que hiciese entrega de la misma a Malvina, su amor, como prueba de que sus últimos pensamientos fueron para ella y, tal vez, como símbolo de la inmortalidad de su amor.
Obedeció el hombre, y, al recibir Malvina el mensaje, fluyeron con tanta amargura sus lágrimas sobre la rama que las flores se tornaron blancas, por lo que, desde entonces, el Brezo se ha constituido en símbolo de su fiel amor.
No puede dejarse al margen la similitud de esta leyenda con la de Baldr y Nanna.
E. Villiers
