AMULETOS Y
TALISMANES
Los Amuletos y
Talismanes han existido en todos los tiempos y en todos los países.
De hecho, se han
hallado Talismanes de la suerte de formas fálicas mal moldeadas que se remontan
a la prehistoria.
Las hetarias
griegas llevaban al cuello joyas fálicas, al igual que las patricias de Roma o
las cortesanas de la India.
Para confeccionar
Talismanes en la Edad Media se recurría a la astrología y a la kábala, y también
se mezclaban tradiciones procedentes de la Antigüedad y de Oriente, los dioses
del Olimpo, los demonios del Infierno, los Ángeles celestes y los genios árabes.
Los Talismanes
pueden estar formados por una o varias sustancias.
Esto significa
que un Talismán puede ser una pequeña lámina de un metal único, una piedra
preciosa, un collar confeccionado con piedra, un anillo de oro, de plata o de
cualquier otro material que tenga una correspondencia astrológica con aquel que
lo lleve encima.
Sin embargo, también
puede ser un conjunto complejo de piezas metálicas, una combinación de
diferentes minerales, vegetales, fragmentos de animal, etc.
Los Talismanes
pueden ser cabalistas, astrológicos, matemáticos o sacrílegos.
También pueden
ser activos o pasivos, es decir, pueden actuar sobre el alma o los sentidos de
la persona deseada o negar la acción mágica de otro Talismán o de otra voluntad
humana.
El Talismán
respalda la figura del pentagrama y su expresión concreta.
Con su presencia,
la fuerza operativa de este símbolo suele verse incrementada, ya sea en un
sentido benéfico, ya en un sentido maléfico.
La fuerza del
Pentagrama se ve reforzada por el signo elegido y por el deseo del mago.
El termino Talismán
procede del griego telesme, que primero significo “deseo o fuego” y, mas
adelante “rito religioso”.
Es aquí donde se
establece su vínculo con la magia.
La característica
vibratoria del Pentagrama es totalmente neutra al principio y, por lo tanto,
cada uno es libre de cambiar el contenido y darle el uso que prefiera.
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