Magos egipcios que poseían el poder de descubrir crímenes y señalar a sus autores sin equivocarse, por lo que posiblemente la guardia del faraón debió de recurrir a ellos con frecuencia.
Despues de su muerte, fueron adorados e invocados en los momentos de calamidad, enfermedad y peligro.
Posteriormente, los demonios que presidieron el Sabbat tambien se denominaron Cabiros.
La fiesta orgiástica que el pueblo empezó a llamar "de los Cabiros" se celebraba de noche.
Los magos debían estar iniciados en los ritos sagrados.
Despues de ser sometidos a la prueba del agua, el fuego y el agire, prueba de la que sólo se sabe que solía causar la muerte de muchos aspirantes, se les ceñía la púrpura, para indicar que a partir de ese momento poseían el mayor poder sobre las fuerzas humanas y dibólicas, y se les coronaba de rosas en señal de sabiduría.
Se sentaban en un trono iluminado con antorchas como si fuera pleno día.
Las brujas de espléndidos cuerpos danzaban desnudas en honor de los nuevos magos.
Mirella Corvaja.