Es el símbolo que proporciona valor y éxito, contribuyendo a que su poseedor ascienda a grandes alturas.
En nuestras iglesias, el Águila aparece como símbolo de San Juan Evangelista, y en casi todas las demás religiones tiene algún protagonismo.
En la India, el Águila Garuda era portadora del dios Vishnú en todas las victorias de éste ante las fuerzas de las tinieblas.
En la antigua Grecia, se decía que, cuando Zeus se preparaba para su batalla contra los Titanes, el Águila le trajo los rayos con los que iba a vencer, siendo, por consiguiente, adoptada como representación del propio dios.
Desde su inalcanzable vuelo y en la creencia de que ninguna criatura viviente es capaz -como ella- de mirar de cara al Sol de mediodía, se ha tomado al Águila como representación de la ascensión del alma tras la muerte.
En la mitología escandinava, esta ave representaba a la tormenta en vez de a los poderes capaces de dominarla, aunque Odín luciese alas de Águila en su yelmo.
A causa de esta íntima conexión con Júpiter, el Águila se convirtió en símbolo del poder terrenal, adoptándolo Tolomeo I Sóter I como emblema del reino de Egipto.
En la antigua Roma, formaba parte del escudo de la República, y todos sabemos de su frecuente uso en heráldica.
Tanto en China como en Japón, los soldados suelen llevar pequeñas Águilas talladas en madera o fundidas en metal para acumular valor y fortaleza.
En nuestros países, pueden verse Águilas de piedras sobre los postes de las entradas de las casas grandes.
Hoy en día no son sino adornos, pero en otros tiempos significaban que alguien importante moraba allí.
El Águila en Astrología es símbolo del signo de Escorpio.
E. Villiers