Las brujas, reinas del Aquelarre
En la Edad Media comienza la persecución de
todos los ritos paganos, (todo lo que no es cristiano) y es perseguido
por su presunta vinculación con el maligno.
Sin embargo, es con la Contrarreforma y con los
distintos cismas protestantes cuando la persecución de la brujería se
incrementa notablemente.
Fue con la bula papal Summis desiderantis
affectibus, del Papa Inocencio VIII el 5 de diciembre del año de 1484, con la
que se legitimó la persecución de brujas, tortura y ejecución, generalmente
ardiendo en la hoguera, empezando así La Inquisición a perseguir la hechicería.
La figura histórica más famosa que fue condenada a
arder en la hoguera bajo la acusación de bruja fue Juana de Arco.
Lejos de ser mujeres con verrugas, algo sucias y que surcan el cielo montadas
en una escoba, las brujas también eran jóvenes bellas que utilizaban sus
conocimientos para hacer el bien a su comunidad.
Esa es la revisión del mito de las brujas que
diversos expertos llevaron hace algunos años en un congreso en Sassello, ciudad
ubicada al norte de Italia, y en el que participaron psicólogos, y
religiosos, para dar su punto de vista sobre un fenómeno inquietante, con una
buena carga de dosis de mitos y leyendas.
"Brujas, fascinación y misterio.
¿Seductoras perversas o encantadoras
seducidas?", ese era el lema del congreso llevado a cabo en Triora en
1588.
Las historias alrededor de estas se parecen a las
historias del "Cuco" o "Coco" que le hacían los padres a
sus hijos antes de acostarlos a dormir, todo era una amalgama de absurdos
productos de su imaginación.